Veamos las hormonas que intervienen el rendimiento deportivo.
- Insulina
En definitiva, es súper efectiva para almacenar energía en forma de hidratos de carbono en el músculo y para el crecimiento de éste. Si tu dieta es baja en carbohidratos o alta en grasas, puede disminuir la sensibilidad a la insulina.
¿La mejor estrategia? Tomar un batido de proteínas dentro de los 45 minutos después del entrenamiento. Lo ideal es un batido de proteína de suero de leche combinado con carbohidratos, ya que esta mezcla hace que la respuesta de la insulina sea mayor y, por tanto, la síntesis proteica también.
- Testosterona
La mayor respuesta de la testosterona se produce a última hora de la tarde. ¡Aprovecha ese momento para realizar tu entrenamiento de fuerza! En cuanto a la nutrición, un bajo contenido en grasas es positivo, pero jamás las elimines del todo.
- Hormona de crecimiento (GH)
La estrategia natural para optimizar esta hormona es sencilla: debes llevar un ciclo de vida normal. Esta hormona tiene una estrecha relación con la conciliación sueño. Lo mejor es que duermas tus ocho horas seguidas para potenciar esta hormona y fomentar el anabolismo.
Por último, también debes estimular las “hormonas del bienestar”. Son las que se producen en el cerebro, y puedes estimularlas así:
- Las endorfinas son muy receptivas al entrenamiento cardiorrespiratorio. Elige un deporte, una clase dirigida o un tipo de entrenamiento aeróbico (tipo HIIT) para combinar con tu entrenamiento de fuerza.
- La serotonina, influye positivamente en tu humor y favorece la conciliación del sueño, entre otras muchas funciones. Los alimentos ricos en triptófano favorecen la optimización de esta hormona: pescado azul, lentejas, soja, guisantes, arroz silvestre, avena, fresas, aguacates, rúcula, espinacas, calabaza, coliflores, girasol, sésamo, fenogreco o chocolate son algunos de ellos, así que… ¡a hincarles el diente!
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