La Testosterona en el ejercicio

Los niveles de testosterona aumentan durante la pubertad desde unos <20 ng/dl hasta 300-1200 ng/dl en plena madurez. En la segunda mitad de la pubertad, los niveles se elevan más por la noche que durante el día. Durante la pubertad, los aumentos de la testosterona y estradiol circulante también inducen una secreción mucho más alta (1.5 a 3 veces más) de la hormona de crecimiento (HGH).

Por el contrario, los niveles de testosterona disminuyen a medida que envejecemos.



La testosterona y el ejercicio:

Una de las principales funciones de la testosterona es controlar el crecimiento muscular.

La exposición a andrógenos durante el embarazo determina el número y el tamaño de las unidades motor, y el número, tamaño y las características fisiológicas de las unidades motor determinan el tamaño y las características fisiológicas de las fibras musculares.

Por lo tanto, la exposición intrauterina (si, intrauterina, leísteis bien) de andrógenos puede determinar la capacidad de nuestros músculos para la hipertrofia (aumentar su tamaño) durante la edad adulta.
Liberación de testosterona después del ejercicio:

Todos sabemos que el ejercicio físico estimula la producción de testosterona a corto plazo, lo que se traduce en crecimiento muscular. La estimulación de los receptores beta-adrenérgicos estimula la síntesis de testosterona y su liberación, con lo que cuanto más estimulación más liberación de testosterona se producirá.

De esta forma, el aumento en la concentración plasmática de testosterona guarda una relación directa con la intensidad a la que estamos haciendo ejercicio. En otras palabras, cuanto más fuerte entrenemos más testosterona produciremos.

Los científicos creen que la actividad simpática del nervio y la secreción de catecolaminas estimulan la testosterona durante el ejercicio. Por ejemplo esto lo conseguiremos en mayor medida haciendo series de 20reps en sentadilla que saliendo a pasear. Sin embargo:
Tipo de entrenamientos: los entrenamientos de resistencia demasiado largos “suprimen” la testosterona.
Diferencias sexuales. En los hombres, la concentración plasmática de testosterona aumenta después hacer ejercicio (siempre y cuando ese ejercicio sea de alta intensidad), mientras que las mujeres responden con un aumento muy pequeño (o incluso ninguno) después de entrenar.
¿Cómo medimos la testosterona?

La forma más común de medir la testosterona es mediante un análisis de sangre, aunque también es posible hacerlo mediante la saliva o la orina.


Tener la testosterona baja

Hay varios factores que pueden suprimir la producción de testosterona, llegando incluso a suprimir nuestra función reproductora. Algunos de estos factores son:
Ingesta muy baja de calorías de forma crónica (aprox. Un 20% por debajo de las necesidades basales) y también la ingesta muy alta de calorías de forma crónica (sobre todo cuando estos excesos se traducen en obesidad).
  • La ingesta de nutrientes de baja calidad y deficiencia de vitaminas / minerales.
  • Baja ingesta de grasa-
  • Depresión.
  • El consumo de drogas.
  • Sobreentrenamiento.
  • Actividad sexual limitada.
  • El estrés y la ansiedad.
  • Envejecimiento.
  • Obesidad y otros trastornos metabólicos.
  • Uso excesivo y prolongado de métodos anticonceptivos hormonales (en mujeres).
  • Enfermedades crónicas / infecciónes.
  • Mala calidad del sueño (dormir poco, despertar a menudo, apnea…).
Tanto los hombres como las mujeres pueden tener los niveles de testosterona bajos, y estos son algunos de sus síntomas:
  • Baja energía, fatiga y letargo.
  • Disminución de la fuerza y ​​la capacidad de trabajo.
  • Bajo deseo sexual, falta de capacidad de respuesta sexual y orgasmos más débiles o dificultad para alcanzarlos.
  • Pérdida de masa corporal magra, incluyendo músculo y densidad ósea, junto con un aumento en la grasa corporal.
  • Aumento del riesgo cardiovascular y presión arterial más alta.
  • La suplementación de testosterona, o lo que es lo mismo, meter testosterona de forma endógena.
Todos sabemos que muchos atletas se “suplementan” con testosterona para crecer muscularmente y mejorar su rendimiento atlético. Si se mantienen dosis excesivamente altas de testosterna durante un largo periodo de tiempo, puede dar lugar a:
  • Acné y piel grasa.
  • Cambios de humor que van desde la hostilidad a la euforia (también conocido como roidrage).
  • Crecimiento del cabello (en mujeres) o pérdida del cabello.
  • Masculinización de los rasgos faciales, voz más grave (en mujeres).
  • Crecimiento de las mamas en los hombres debido a que el exceso de testosterona se convierte en estrógeno.
  • Atrofia testicular en hombres.
  • Alteración de los ciclos menstruales en las mujeres; aumento de la incidencia de trastornos reproductivos.
  • Ciertos tipos de daño muscular y tejido conectivo.
  • Aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular, incluyendo el aumento de la presión arterial y las miopatías corazón junto con la trombosis venosa profunda y embolia.
Pese a todos los riesgos que puede conllevar utilizar testosterona de forma endogena, los endocrinólogos están empezando a prescribirla terapéuticamente, ya sea para la sustitución (por ejemplo, en hombres y mujeres de edad avanzada) o para tratar los síntomas de muchas enfermedades degenerativas crónicas. Los efectos secundarios de usar de forma prolongada la testosterona no se aplican a las dosis terapéuticas y/o de reemplazo.


Resumen y recomendaciones sobre la testosterona:

Para maximizar los niveles de testosterona con el objetivo del crecimiento muscular, la recuperación y la salud:
  • Hacer ejercicio de forma intensa de forma regular.
  • No restringir drásticamente las calorías aplicando un déficit < 20% por debajo de nuestras necesidades básicas.
  • Asegurarnos de que estamos consumiendo suficiente cantidad de micro y macronutrientes.
  • Evitar medicamentos / drogas.
  • Dormir lo suficiente (7-9 horas).
  • Controlar el estrés y la ansiedad.
  • Tener una buena vida sexual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario