Aunque parezcan términos antagónicos, el anabolismo y el catabolismo son procesos que funcionan de manera armónica y coordinada. Veamos, pues, qué son, qué diferencias tienen y qué factores tener en cuenta para evitar la pérdida de músculo.
Anabolismo muscular
De una forma clara e inteligible, con anabolismo muscular nos referimos a la parte del metabolismo que se ocupa de la creación del tejido muscular a partir de los distintos nutrientes que componen los alimentos, lo cual precisa energía. Por eso recalcamos una y otra vez la importancia que tiene la alimentación en la fase de crecimiento muscular y, en general, a la hora de mantener unas fibras musculares en perfecto estado. De poco sirve entrenar intensamente si el organismo no recibe los nutrientes necesarios para favorecer que el músculo crezca.
Catabolismo muscular
Definiendo el catabolismo muscular de manera sencilla y sin andarnos por las ramas, diríamos que produce el efecto inverso al anabolismo, y, por consiguiente, lo vemos como la peor pesadilla de los que esculpen su cuerpo entre las cuatro paredes de un gimnasio. Es decir, ocurre cuando se destruyen o descomponen los tejidos musculares para suministrar nutrientes a la sangre ante la falta de energía.
Factores a tener en cuenta
Hay una serie de factores que conviene tener presentes para evitar el catabolismo e incentivar el proceso contrario, el anabolismo muscular. Principalmente, destacamos la dieta: como siempre, la alimentación es la base para gozar de una buena salud y tener un estado de forma envidiable. Pasar hambre significa tener más papeletas para quedarse sin energía y entrar progresivamente en el proceso de catabolismo muscular con la pérdida de músculo.
El ayuno o la ausencia de alimento de manera prolongada también provoca la destrucción de los tejidos, así que no es aconsejable dejar de comer ni siquiera en definición. Los alimentos ricos en proteínas y los batidos caseros son tus aliados.
De nuevo aparece el descanso como otra de las claves en el crecimiento muscular. Dormir como mínimo 7 horas diarias ayuda a regenerar las fibras musculares y promueve el anabolismo.
El desarrollo muscular requiere un entrenamiento de alta intensidad, pero hay que asegurarse de tener llenas las reservas de glucógeno para no inducir un catabolismo. Con ejercicio aeróbico quemamos grasa y trabajamos la resistencia, pero conviene controlar su duración e intensidad. Aunque el cardio no contribuye a la ganancia de músculo, no se entra en catabolismo hasta después de unas dos horas de practicar ejercicio cardiovascular.
Otros aspectos a considerar para que no se produzca el catabolismo son el estrés, el consumo de alcohol y el sobreentrenamiento.
Hay una serie de factores que conviene tener presentes para evitar el catabolismo e incentivar el proceso contrario, el anabolismo muscular. Principalmente, destacamos la dieta: como siempre, la alimentación es la base para gozar de una buena salud y tener un estado de forma envidiable. Pasar hambre significa tener más papeletas para quedarse sin energía y entrar progresivamente en el proceso de catabolismo muscular con la pérdida de músculo.
El ayuno o la ausencia de alimento de manera prolongada también provoca la destrucción de los tejidos, así que no es aconsejable dejar de comer ni siquiera en definición. Los alimentos ricos en proteínas y los batidos caseros son tus aliados.
De nuevo aparece el descanso como otra de las claves en el crecimiento muscular. Dormir como mínimo 7 horas diarias ayuda a regenerar las fibras musculares y promueve el anabolismo.
El desarrollo muscular requiere un entrenamiento de alta intensidad, pero hay que asegurarse de tener llenas las reservas de glucógeno para no inducir un catabolismo. Con ejercicio aeróbico quemamos grasa y trabajamos la resistencia, pero conviene controlar su duración e intensidad. Aunque el cardio no contribuye a la ganancia de músculo, no se entra en catabolismo hasta después de unas dos horas de practicar ejercicio cardiovascular.
Otros aspectos a considerar para que no se produzca el catabolismo son el estrés, el consumo de alcohol y el sobreentrenamiento.
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