El magnesio es un mineral que no destaca precisamente por su reconocimiento en el mundo de la nutrición y el deporte, ya que otros como el calcio, el potasio, el sodio o el fósforo acaparan todas las miradas por encima de él. Sin embargo, es fundamental para deportistas y personas que se someten a continuos esfuerzos físicos, pues interviene en numerosas funciones corporales, entre ellas las de obtención y transmisión de energía, impulso nervioso y contracción muscular.
El magnesio se halla, principalmente, en los huesos y los dientes, aunque también juega un papel fundamental en los músculos y otros tejidos, además de en la sangre y diversos fluidos corporales.
La falta o déficit de magnesio se manifiesta a través de dolores musculares, temblores, calambres, arritmias cardíacas, cansancio, náuseas y vómitos, entre otras patologías. Una actividad física regular favorece una mayor pérdida de este mineral, de ahí que cualquier deportista deba considerar su importancia e incluirlo regularmente en su dieta.
¿Para qué sirve el magnesio?
El magnesio, como dijimos anteriormente, favorece el buen funcionamiento de nervios y músculos. Es el encargado de transmitir los impulsos nerviosos, y su posterior relajación, e interviene en el control y regularidad del latido cardiaco, en la coagulación y fluidez de la sangre, en la formación de huesos y dientes y, en general, en el metabolismo.
La ingesta de magnesio ayuda en la prevención y tratamiento de laosteoporosis, puesto que estabiliza los niveles de calcio. En el aparato circulatorio también cobra vital importancia: una alimentación rica en este mineral dificulta la aparición de trombos, disminuye la presión arterial (hipertensión) y evita diversos problemas cardiacos, tales como arritmias o, incluso, fallos cardiacos.
Diversas investigaciones asientan que el magnesio puede ayudar a regular los niveles de azúcar, por lo que se conviente en un especial aliado en personas que sufren diabetes del tipo 2.
Asimismo, el calcio y el magnesio actúan como sedantes del sistema nervioso, favoreciendo la lucha contra la depresión y la ansiedad.
Finalmente, el magnesio puede ayudar a paliar la intensidad de los síntomas causados por el síndrome premenstrual.
Alimentos ricos en magnesio
Entre los principales alimentos de origen vegetal que contienen magnesio destacan las legumbres (soja, judías, garbanzos, habas, lentejas…), los cereales (amaranto, quinoa, avena, arroz, cebada, trigo, mijo…), los frutos secos (semillas de calabaza, nueces, almendras, piñones, anacardos, cacahuetes…) las frutas (higos, aguacates, dátiles, kiwis, plátanos, frutas del bosque…) y las verduras y hortalizas (acelgas, espinacas, alcachofas, perejil, maíz, patatas, berenjenas, coliflores, tomates…).
Por su parte, entre los de origen animal nos topamos con los moluscos (berberechos, ostras, almejas…), mariscos (gambas, langostinos, sepia, pulpo…), pescados (salmón, fletán, caballa, bacalao, atún…), carnes (ternera, pavo, cerdo, pollo, cordero…), huevos y lácteos (leche, yogur, queso…).
Es importante destacar que existen diversos factores que favorecen la absorción y asimilación del magnesio en el organismo. Es el caso de las proteínas y los aminoácidos. Otros, en cambio, como el ácido fítico, la fibra y el ácido oxálico, la dificultan. Es decir, ingerir alimentos ricos en magnesio junto a, por ejemplo, zumo de limón favorece su absorción gracias a su acidez.
¿Cuánto magnesio diario necesitamos?
Para gozar de una buena salud y rendimiento físico, sobre todo en el caso de practicar deporte con regularidad, necesitamos ingerir a diario entre entre 300 y 400 miligramos de magnesio.
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