¿Es la dieta la clave o es el entrenamiento?

Muchas de las cosas que aprendemos las aprendemos de tal manera que muchas veces nos cuesta cambiar la forma de pensar, sobre todo si la gran mayoría habla en el sentido de tal afirmación. Me explico mejor, por ejemplo en la frase “el 70% del éxito en el fitness depende de la dieta”, pero ¿es la dieta la clave o es el entrenamiento?

Siempre lo he dicho y siempre lo diré, la clave es la dieta, pero dándole vueltas al asunto, tras una conversación en twitter (en las redes sociales en muchas ocasiones te hacen ver que las cosas no siempre son negras o blancas) me di cuenta que esta frase puede crear confusión así que he decidido crear este post para intentar explicar si la clave es la dieta o el entrenamiento.

Partimos del axioma principal
Como cualquier análisis que haría un buen filósofo (tengo claro que yo disto mucho de serlo, incluso de ser un buen científico) partimos de un axioma principal: “La dieta es el 70% del éxito del fitness“, si bien esta frase siempre se dice en un contexto que presuponemos muchas cosas.

Hay que tener en cuenta que siempre que decimos esta frase a alguien es alguien que hace pesas, alguien que se toma en serio esta actividad deportiva que llamamos fitness, no se suele usar para gente sedentaria, o incluso gente que practica casi cualquier otro deporte de forma distendida.

El ámbito de uso de esta frase está rodeada de una suposición básica: que se entrena, pero no sólo se entrena sino que se entrena intenso, es decir, se realizan entrenamientos de calidad, aunque, visto desde un punto externo, puede que esa suposición sea un tanto osada.

Sin entrenamiento no hay paraíso
Ciertamente, la suposición de un entrenamiento de calidad para que el concepto dieta sea el 70% de la fórmula, hace que caiga por su propio peso tal afirmación. Está claro que la dieta es fundamental para evolucionar en el fitness pero siempre y cuando el entrenamiento que se realice sea intenso y de calidad, vamos que sea un entrenamiento fitness.

Ahora bien, supongamos que el entrenamiento no es de calidad, es decir, no tiene ni la carga ni la intensidad necesaria para producir una necesidad de ganancia, ya sea de hipertrofia o de fuerza, si es así ya puedes comer 100% estricto que no vas a tener ningún resultado positivo a nivel muscular, por tanto no tendrás “beneficio fitness”.

Trato el tema bajo el punto de vista de ganancia fitness ya que si el objetivo de una persona es simplemente adelgazar o mantenerse en el mismo peso, realizando una buena dieta equilibrada, sin excesos, conseguirá alguno de estos objetivos, pero ciertamente estos no son objetivos fitness, así que, queda claro, sin un entreno de calidad no va a haber ganancia fitness.

Buen entreno y mala dieta
Imaginemos el caso contrario, un caso en el que supongamos un ejercicio de calidad, excelente en cuanto a ejecución, periodización, intensidad y carga de trabajo, pero donde la dieta no es para nada buena, ¿qué es lo que pasaría en este caso?

Pues depende de la dieta, esto es, si la dieta es rica en nutrientes, sobre todo en proteína y cubre las necesidades macronutricionales, aunque haya un superávit en alguno o en todos ellos, y exista un exceso calórico desorbitado, habrá ganancia muscular, ganancia de fuerza, aunque seguramente el resultado fitness no sea óptimo ya que ese exceso calórico hará taparnos, hará que ganemos grasa, pero en la base existiría una ganancia.

Si por el contrario la dieta es pobre en proteína, supongamos que sea menor a 0.8g por kg de peso, el músculo no va a tener con qué regenerarse, no va a tener “ladrillos” con que edificar, por tanto la ganancia será ínfima o incluso inexistente, por tanto en este caso no habremos avanzado en nuestro objetivo fitness aunque hagamos el entrenamiento perfecto.

Es cierto que la dieta es clave, sin ella el resultado no es ni parecido a como puede ser si se realiza estricta, pero hay que tener en cuenta que si el entrenamiento no es de calidad, la dieta por si sola no hace nada, vamos que nadie se ha puesto grande sólo comiendo sin entrenar como un oso.

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