Para adelgazar, lo principal es quemar calorías y cuidar la alimentación. Para quemar calorías hay que moverse y ser constante, practicar deporte con asiduidad. Y para ser constante hace falta fuerza de voluntad o una gran motivación. Cuanto más tiempo y más frecuentemente nos movamos, mayor será el gasto calórico. No existen los milagros.
Las dietas estrictas y los productos sacacuartos no parecen demasiado efectivos si queremos perder peso en el menor tiempo posible, al menos no de una forma saludable. Siguiendo con el dicho popular que dice que “para presumir hay que sufrir”, o lo que es lo mismo, para lucir un cuerpo escultural hay que sudar la camiseta, seguro que te habrás preguntado en alguna ocasión cuál es el mejor deporte para adelgazar. Algunos sostienen que cualquier deporte es eficaz para bajar de peso. Otros en cambio afirman que los aeróbicos son los más indicados para decirle adiós a los michelines.
Partimos de la base de que de por sí consumir energía ayuda a perder peso. Ahora bien, el meollo de la cuestión estaría en saber qué ejercicios nos permiten quemar más calorías en menos tiempo y con una intensidad soportable. Aquellos ejercicios en los que entren en juego varios grupos musculares consumirán más oxígeno y, por tanto, la energía consumida será mayor. Para que podamos realizarlos durante más de 20 o 30 minutos y quemar mayor cantidad de grasa, deben ser de intensidad media-baja. Otro factor a tener en cuenta es la constancia. Para empezar a notar resultados, tenemos que intentar practicar la actividad, como mínimo, dos o tres veces por semana.
La natación, ideal para adelgazar
Lo ideal es, como decíamos, elegir una modalidad deportiva de tipo aeróbico y practicarla, por ejemplo, una media de tres veces por semana. Bajo esa premisa, sin duda, el deporte más completo y el mejor para adelgazar es la natación, puesto que con su práctica se utilizan prácticamente todos los músculos del cuerpo mientras hacemos cardio de manera continuada y sin someter a nuestras articulaciones al desgaste que otros deportes, como el running, tienen sobre ellas con el tiempo.
La natación aporta otros numerosos beneficios: relaja, mejora la capacidad cardiopulmonar y aumenta nuestra condición física. Está especialmente indicada a personas que sufren dolores de espalda o molestias cervicales. Y lo mejor de todo es que, dependiendo de la intensidad del ejercicio, practicar una hora de natación puede suponer quemar entre 400 y 800 calorías. No está nada mal, ¿verdad?
Otros deportes para adelgazar
Si el tema del agua nos echa para atrás, hay muchísimas otras opciones dentro del gimnasio. Tal es el caso de la cinta o el remo. La bicicleta elíptica también es ideal para adelgazar. Se queman las mismas calorías que con la cinta, pero se mueven muchos más músculos, sin forzar articulaciones con el trote continuo.
El spinning, un deporte que causa furor en los gimnasios, es una modalidad del ciclismo que incluye correr en llano, esprintando, aumentando y reduciendo la resistencia, corriendo levantado… todo acompañado de una música muy rítmica y un monitor insistente. Con el spinning podemos quemar entre 600 y 800 calorías por sesión. Por supuesto, también puedes optar por el ciclismo al aire libre, lo que implica distintos desafíos dependiendo del terreno y las condiciones atmosféricas.
El step, una máquina para subir escaleras, también ayuda a perder peso, a fortalecer las rodillas y los glúteos y a ejercitar todos los músculos de las piernas.
Finalmente, el aeróbic es una actividad ideal para quemar calorías a la vez que moldeamos nuestro cuerpo. En ella se trabaja de forma aeróbica, bailando, saltando y girando, durante aproximadamente 40-50 minutos que dura la clase.
Conclusiones
Para adelgazar, además de practicar deporte, hay que cuidar la dieta y apostar por hábitos saludables. Es recomendable que los principiantes se inicien en deportes de intensidad leve o moderada. Pueden empezar con un ejercicio de bajo impacto como la natación, progresar con el ciclismo y luego dar el salto a la carrera (en terrenos favorables). Correr al aire libre durante unos 30 minutos o iniciarse en deportes de invierno como el esquí y el snowboarding también puede ser muy útil para lograr nuestro objetivo.
Sea cual sea el deporte elegido, no hay que olvidar que la pérdida de peso se produce cuando el gasto energético supera a la ingesta. Con lo cual, tanto reducir la cantidad de calorías que consumimos como realizar ejercicio (ya bien sea aeróbico o anaeróbico) sería favorable. En programas de pérdida de peso se suelen combinar ambos métodos, puesto que con la tonificación se conseguiría evitar la pérdida de músculo. Los deportes de equipo como el fútbol, el baloncesto o el balonmano también son una buena alternativa, ya que estamos en constante movimiento.
Asimismo, para quemar energía y adelgazar podemos llevar a cabo una serie de tareas complementarias: dejar de usar el ascensor y subir las escaleras, realizar tareas domésticas, ir andando a los lugares más cercanos, no pasar horas y horas delante de la pantalla del ordenador y olvidarnos de los “picoteos” entre horas y de la comida rápida.
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