Frutas para antes y después de entrenar

¿Fruta sí o fruta no? Desde tiempos inmemoriales sobrevuela la duda de si la fruta tiene cabida dentro de la dieta de un deportista, de si debemos darle prioridad a los alimentos más proteicos para cargarnos las pilas a tope y estar al máximo nivel. Las frutas son un alimento básico, y como tal, consideramos que su presencia es más que necesaria en una alimentación orientada a la práctica deportiva.

 

Cuando hablamos de fruta, de inmediato nos vienen a la mente dos conceptos: minerales y vitaminas, micronutrientes que, lejos de lo que muchos puedan pensar, resultan imprescindibles para obtener resultados satisfactorios a la hora de entrenar. Bien es cierto que no todas tienen las mismas propiedades ni ocupan la misma posición en una dieta de carácter deportivo. ¿Qué frutas son más adecuadas para antes de entrenar? ¿Y para después?

Antes de entrenar
Antes de entrenar, la mejor opción es decantarse por las que tengan un índice glucémico bajo para rendir al máximo durante la actividad. Todo lo contrario sucede al término del ejercicio, en este caso es preferible que los alimentos que consumas tengan un índice glucémico alto. Tras culminar el ejercicio el cuerpo necesita energía rápida y las frutas con índice glucémico alto pueden servirnos para reponer fuerzas.

Entre las frutas con índice glucémico bajo, las que conviene tomar antes de entrenar, destacan la pera y la manzana. Ambas contienen una gran cantidad de fibra soluble en forma de pectinas, que además de contribuir a rebajar el nivel de colesterol tienen la capacidad de absorber las toxinas del intestino y que éstas no ataquen la pared intestinal. Tampoco podemos pasar por alto las frutas rojas: fresas, cerezas, moras, grosellas, arándanos, etc. Deben ocupar un lugar relevante en nuestra dieta, dado que son conocidas por sus altas dosis de antioxidantes.

Después de entrenar
Para después del esfuerzo físico es recomendable recurrir a las frutas que contengan altos valores de glucemia. Y aquí es donde entra a colación una de las que brillan con luz propia, la fruta estrella en la dietas deportivas. Claro que sí, nos referimos al plátano. Es una fruta rica en hidratos de carbono y potasio y ayuda a hacer frente a la rutina de entrenamiento, consiguiendo que los músculos respondan y evitando desajustes electrolíticos que derivan en calambres musculares.

La naranja y el mango también son excelentes opciones para obtener energía rápida y de fácil asimilación. El melón y la sandía van incluidos en este apartado, ya que nos mantienen en un nivel óptimo de hidratación y ayudan a reponer sales minerales que perdemos al hacer ejercicio.


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